miércoles, 13 de diciembre de 2006

POEMA

Cuando las brujas se meten en mi patio
los olores son de muerte y aloco al mundo.
El gris me contamina de adentro para afuera
entonces no comprendo las eres dislocadas
el sueño del gran elefante, ni los sonidos de su trompa.

Detesto esas noches de pisos que parecen techos
de camas-ataúdes, de estrellas negras, de Lunas rotas.
¿Para qué lado mi cabeza, para qué lado mis pies?

La amargura se cuela entre mis dientes como un fuego.
El agua de las flores es un charco de sangre espesa
(un pez camina con zapatos y llora en la esquina)

Si las respuestas se atraparan como mariposas en el bosque...

Ay, el dolor, de huesos, de heridas, de presente, de preguntas.
¿Y si la muerte me atrapa sin respuestas, sin árboles agitándose,
sin el recordado aroma de mi padre?

Dejen que me vaya arrastrando la almohada azul por las escaleras.

( De “Reina Moribunda”)

Poema

Cuando no soy río soy mar que besa el malecón.
Soy montaña donde no crecen los cactus.

Cuando no soy río bravo, intenso y feliz
soy árbol olvidado en plena carretera.

Cuando no soy río de extensiones magníficas
soy la piedra que se sumerge sin sentir.
Porque el río es la constancia de la felicidad,
a veces rápido a veces lento
pero siempre caminando hacia delante.

Pero cuando no soy río, cuando no soy río
soy la casa donde se velan los difuntos
y no he de sonreír, ni mirar,
ni gritar al cielo, ni recibir los dones.

Entonces soy
la pluma que no se mece con el viento
las piernas que se destrozan en un solo lugar.